viernes, 23 de octubre de 2009

Venga, pase
¿Cómo le va? ¿Se va a confesar?
Sientese ahí, espere un ratito; el padre ya viene.

Ojos turnios, silueta erguida.
Cabeza gacha; perdón señor.
Manitos juntas, alma en el aire.
Arrepentimiento -por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa-
y el puño derecho golpeando el corazón.
Listo, terminó todo.

¿Eso nomás era?

Penitencia ¿Penitencia? ¡Penitencia!

Arrodíllese y cinco Ave María y tres Padre Nuestro.
Cumpla, pague; el creador se puede enojar.
(Paga, paga procurando jamás volver a pecar, hijo de puta)

Un rosario, dos, tres; y el que está al lado esperando su turno
-como quien saca número para comprar carne en un supermercado-
piensa una y otra vez si vale la pena pedir perdón mirando al cielo...

3 comentarios:

Rockero Celeste dijo...

Oye si empezamos a pedir, según la biblia al momento del extasis, el tatita dios nos hará desaparecer de la tierra y paff estaremos en el cielo tirando escupos a los pelados de abajo.

éxito

Anónimo dijo...

"Un rosario, dos, tres; y el que está al lado esperando su turno
-como quien saca número para comprar carne en un supermercad-
piensa una y otra vez si vale la pena pedir perdón mirando al cielo..."

Me encantó el final, es tan cierto.

Haciendo las cosas por inercia, porque sí. El tipo se pregunta, se critica... ¿Será bueno escupir al cielo con perdones? Primer paso para despertar... es que me encantó.

nikkogollo dijo...

mejor que pedir perdón es tratar de no equivocarse
uno se arrepiente de puras cosas evitables
chao, me voy ahora porque tengo que llegar a tiempo caminando con el hocico a la virgen de lo vasquez