lunes, 25 de agosto de 2008

¡Cállate!

Es necesario decir siempre algo?
¡Cállate, no quiero oírte!
Acaso no pueden quedarse callados?
¡Cállense, estoy harta de ustedes!
Tan díficil es conseguir el silencio?
¡Cállate, no te soporto!
No te das cuenta de que las palabras no lo son todo?
¡Cállate, tus palabras me hieren!

Podrías tratar de no mentirme?
¡Cállate, ya no te creo!
Claro, para tí es muy fácil decirlo...
¡Cállate, eres una mierda!
...¿Pero sentirlo?
¡Cállate, no me quieres!
Y lo que me dijiste ayer?...
¡Cállate, eres un inconsecuente!
Qué? Acaso ya no lo sientes?
¡Cállate, me haces daño!

Qué quieres que te diga?
¡Cállate, para por favor!
Lo siento! No puedo complacerte.
¡Palabras, palabras y más palabras!

¡Me tienes harta!
¡Ándate!
¡Púdrete!

¡Cállate!

viernes, 15 de agosto de 2008

Nunca me ha gustado la lluvia. Lo sé porque cada vez que cae agua desde el cielo cambia rotundamente mi estado de ánimo.
Lluvia de mierda, te odio. Me das ganas de fumar cuando no puedo y de beber cuando no tengo.
Lluvia de mierda, tranquilizas.