miércoles, 4 de noviembre de 2009

Sea más clara, por favor.

Aquí iba una historia sobre el perdón, sobre no meter las patas y hacer todo bien, siempre.
Pero acabo de leer el texto que ya no existe y, la verdad, no quiero. Quiero equivocarme trescientas veces si es necesario.


Perfección, ¡las pelotas!